domingo, octubre 29, 2006 

AVENTURAS COTIDIANAS















Nos encontramos en nuestra rutina diaria, como buenos occidentales, nadando como peces en el mar de la mediocridad (gracias Nacho), caminando sin más pretensión que la de seguir y seguir la huella de otros que un día hicieron camino.


Cuando la vida parece tan solo un río de aceite en el cual apenas se aprecia movimiento aunque en verdad sí lo haya, surge espontáneamente, algún hecho insignificante, una piedrecita en el camino que obligará al arriero a bordear la senda de la que nunca pensó desviarse.

Es el momento de lanzarse a la aventura, ya sea un viaje, una palabra que nunca nos atrevimos a pronunciar, cualquier acción que haga resonar en nuestra cabeza ese "clik" a modo de despertador que nos hace levantar de ese letargo al que a veces maldenominamos "normalidad" para recordarnos una vez más que somos orgánicos, que estamos VIVOS!!!

Sigamos a esa desconocid@ con el/la que intercambiamos una mirada que pareció eterna; cojamos ese autobús cualquiera que nos llevará a ninguna parte; digamos sin pensar aquello que ya pensamos demasiado o aquello otro que ya ni recordábamos; vayamos a cualquier lugar lejos de donde deberíamos estar en este mismo instante (permítame el lector que yo me quede para poder seguir escribiendo).

Qué maravillosa sensación de libertad la que nos invade el romper con las reglas!!. Qué satisfacción el saber que fuimos VALIENTES al menos por un momento. Saltamos al vacío y tuvimos el poder de decidir colgarnos en una endeble ramita justo antes de tocar el suelo.


Seguro que todos recuerdan algún instante mágico, alguna pequeña aventura que les sucedió cuando parecía que nada podía suceder. Sin planes, sin estrategias, pura emoción sin una gota de conciencia que les abrió las puertas de un paraíso hasta entonces desconocido. Quién se atreve ya a llamar a las puertas del cielo...


GRACIAS A TODOS